Don Braulio y su pandilla.

Querido Braulix, es increíble lo que creciste en tan poco tiempo. Solías ser una cagadita, chiquita, linda y buena. Sabes como hacerte querer, de solo mirarte ya me dan ganas de que vivas conmigo y de poder cuidarte. Te diste cuenta muy facilmente de que ya eras parte de la familia, porque apenas conseguiste casa te empezaste a hacer el vivo, ahora mordes, rompes, comes, cagas y no paras de crecer. Ya desde el primer día empezaste a confiar en nosotras, nos seguías y nos esperabas. El día en que te conocimos fue un día lleno de esperanzas y desiluciones, de llanto y de risa, y nos costo tanto! yo no podía creer como nadie te quería -no, ya tengo una perra-tengo gato-no hay espacio-estoy todo el día afuera-a mi hija la mordió un perro-no me dejan-a pupi nadie le saca espacio-¡NO! Increíble la cantidad de excusas que escuche ese día, algunas muy poco creíbles y agresivas. Me siento un poco mal por haber molestado a tanta gente ese día (en especial a Charly, perdón Charly, no sos una mala persona para nada), y por haber gastado tanto crédito, pero en realidad no me arrepiento en lo mas mínimo. Nunca voy a olvidar la imagen de vos, Yas, Maru y yo sentados en el escalón de la casa sin emitir ni una palabra y sin saber que hacer. Todo señalaba que nos teníamos que dar por vencidos, pero si nos dábamos por vencidos ¿que hacíamos? ¿te dejábamos en la calle? No podía quedar así. Cuando llegó mi papá con el auto no pude evitar largarme a llorar, ¿de verdad iba a quedar así? Y después llego el mensaje milagroso, alguien quería al perro, te encontramos casa. Me desespere tanto de la felicidad que rápidamente llame a Maru y le conté aceleradamente la noticia. Maru arreglo con su mama que esta noche te quedes en su casa y al otro día la chica que te quería te iba a pasar a buscar. La chica nunca vino, pero por suerte estuviste en la casa de Mariel el tiempo necesario para que su mamá se enamore de vos. Y ahí estas, cómodo disfrutando de la vida, tratando de sacarte de ensima todos esos problemas que la calle te dio. Y me encanta saber que todo lo que hicimos sirvió de algo, que ahora estas contento porque todos te vamos a cuidar lo mejor posible. Y aunque ahora sos grande, molestas a los nenes y comes pajaros, seguís siendo el mejor perro del mundo. Perdón por el nombre que te pusimos, pero ya esta, quedo Braulio.