domingo, 26 de diciembre de 2010

espectadora

Primero empezó siendo rara, muy rara. Estaba encerrada, su ropa no la dejaba respirar y con mucho dolor trataba de sacársela, pero le costaba demasiado. No tenia una cara muy bonita, o por lo menos a mi no me atraía. Llamaba mucho la atención, y yo trataba de buscarle una razón para que me atraiga, o para admirarla, pero no la encontraba. Solo la miraba porque todo el mundo lo hacia y porque su sufrimiento tenia algo extraño. Era verídico, pero no me conmovía en lo absoluto. Por alguna razón no me daban ganas de ayudarla, sentí que ella podía sola, sentí que no me importaba y me sentí poco humana. No se saco la ropa interior porque no hacia falta, ya podía volver a respirar. Y ante la alegría de ser libre empezó a bailar. Su cuerpo tenia mucho volumen por todos lados. No llegaba a ser gorda, pero estaba cerca, y las curvas de su pansa, de sus piernas y de sus brazos hacían que sus movimientos sean mas sensuales. Ahí fue cuando descubrí su belleza y no podía sacarle los ojos de ensima. Que linda que era. Quería bailar con ella. Su sonrisa recorría toda su cara, su pelo y su cuerpo. Su cabeza irradiaba ideas para todos lados. Sentí orgullo de poder verla haciendo lo que mas le gusta, lo que la convierte en una persona interesante. Y pensé que todos deberíamos tener un momento así, en el que se pueda asombrar al resto haciendo lo que mas disfrutamos.

1 comentario:

No te reprimas, exprimi tu mente...