La culpa es de mis ojos, ellos son los que me inculpan, los condenados. Son planetas que giran al rededor de tu ombligo, le pertenecen. Y son las ganas que tengo de que tengas ganas de tenerme, de que tu mirada me rose. Quisiera tocarte, muy delicadamente, para explorarte y conocerte mejor. Quisiera moldearte. Todo tu cuerpo es un juego. El recorrido comienza cuando me balanceo en tu pelo, camino en tus ojos, me deslizo en tu nariz, nado en tu boca, salto sobre tu panza, tu pecho, todo tu torso y a continuación patino al rededor de tus piernas... todo lo que busco esta ahí, el juego sin fin. Y que los colores cambien muchas veces.
que lindo, posta que re lindo.
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